Bienvenido/a

En este Blogg podrás encontrar palabras que he escrito.
Algunas tienen la pretensión de formar una poesía, otras son apenas una frase.
En ciertos casos estas palabras se han visto acompañadas de música y han formado una canción.
En cualquier caso son pedazos de mi vida.

martes, 31 de marzo de 2015

Justifico


Y si culpar a Dios
 es afirmar que existe.
Así negar la muerte
será negar la vida.
Negar la ruta
 el pozo y el despiste.
Negar ser parte de la recorrida.

Y me doy por cumplido
 si me dejan
ser por un rato parte de la maravilla.
Somos eternos,
 somos la semilla.
Somos los ríos
y  lo que reflejan.

Y si a la vuelta
 sigue la partida,
y  llegar y volver
 es relativo.
La cosa no carece de sentido:
Somos parte de un todo
 que es LA VIDA.


                                                                                                            Aníbal Acuaro

Emma va al Kiosco


Diez años, siete meses y tres horas
Hace que nació Emma,
la pequeña
La que presta atención
a lo que enseñan
Abuelas, tíos, parientes y señoras

Y es mucho lo que aprende
de los grandes
Que en la escuela no enseñan las maestras
Todos los miedos,
muy  pocas respuestas
(Más cosas que lo de cruzar los Andes)

Por ejemplo
la tía Rosalía
La de los ojos tristes y nerviosos
Nunca olvida ese Falcon peligroso
“Que te puede llevar”
… la policía?

Caramelos de extraños y otros mitos
Drogas,
incendios,
robos y canallas…
Y en La Tele  alguien pidió:  -¡Murallas
para parar todos esos malditos!!!-

Y entonces
llega el día del detalle
Es el primer mandado, es el momento
Emma está en el umbral con un pie adentro
Y el otro
a punto de pisar la calle

Y todos esos monstruos la visitan
Y le susurran todo lo que ha oído
Y Emma sospecha
que al primer descuido
saldrán de las paredes
(donde habitan)

Y ahí está el pie
flotando sobre el piso
Y ahí está Emma …ya la reconozco
Se desenreda de ese cruel hechizo
y con preciosa gracia
Emma VA al Kiosco.


                                                                                                                                                                                        Aníbal Acuaro

viernes, 29 de marzo de 2013

Muerte y Diálogo

Por estos días recordé que la muerte puede ser una instancia más de la vida.

Y hasta un recurso, si se quiere, que permita un giro, un cambio de rumbo en una conversación  o en una relación que a veces aunque esté continuada puede estar interrumpida, detenida, estancada.

Entonces ese cambio de condiciones, la muerte de uno de los interlocutores, cambia las características del diálogo.

Las preguntas y las respuestas, que ya parecían agotadas, tienen otro carácter.

Formula preguntas quien no lo hacía o las preguntas cambian, o se responde  a las mismas cosas de otra manera…

Y, a pesar de que las condiciones no son las mejores y de que ahora hay un sólo interlocutor, el diálogo fluye.

Esa charla interrumpida quizás hace años, se des-estanca, se des-encaja y fluye enriquecida por ese aporte último y extremo, por ese supremo sacrificio; La Muerte.    

                                                               Aníbal Acuaro

miércoles, 11 de julio de 2012

Romero



Este lugar de mierda y de locura.
Este hospital que: ¿a quién carajo cura?
Este hospital me está haciendo quererlo,
Justo cuando yo menos quiero creerlo.

Siento que un día se pierde, otro se gana,
que algo mío se mezcla entre esta gente,
que dejo algo de mí cada semana,
que compartimos una misma suerte.

Sé que va llevándose mi vida,
pero yo soy de acá, no me arrepiento.
Será una más de mis causas perdidas
me quedo acá hasta el final del cuento.

                                                                             Aníbal  Acuaro

ROMERO (otra versión)

Este lugar de mierda y de locura.
Este hospital que ¿a quién carajo cura?
Este hospital me obliga a que lo quiera
y me hace que lo extrañe estando afuera !!!

Siento que un día pierdo y otro gano,
que algo mío se mezcla entre esta gente,
que cada día encuentro a mis hermanos
que compartimos una misma suerte.

Sé que va llevándose mi vida,
pero yo soy de acá, no me arrepiento.
Será una más de mis causas perdidas,

me quedo acá hasta el final del cuento.
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ALICIA

quién se acuerde de mí cuando me muera!!
quién me recuerde a mí de esa manera!!
por un gesto que resuma mi alma ajada,
Como a esa gorda de la enorme carcajada !!!

                                                                              Aníbal Acuaro

miércoles, 11 de abril de 2012

Barro y Jaula (el viejo colores)


...una vieja letra de un tema de "Entremuros", banda de hard Rock de hace unos añitos ya...


Con las armas que me fueron heredadas,
voy al sur.
Otra vez tras aquel secreto espacio,
tras la luz.

La mirada no se mueve
de aquel sitio donde iré,
(de las bestias que me acechan
tras la esquina sin saber):

...Que el viejo colores es una señal,
(Nos dijo “la vida no siempre es igual).
El viejo colores - ¿Mesías de quién?-
Su ejemplo ni guía ni tiene por qué...


Se vislumbra ya de noche y en tinieblas
mi ilusión.
Cuando llego ya se aleja aunque esté cerca
( cruzo el sol).


La mirada no se mueve
de aquel sitio donde iré,
(de las bestias que me acechan
tras la esquina sin saber):

Un puente de fierro dicen que hay allá,
mil duendes y ninfas tendré que enfrentar.
Voy tras ese puente que nunca encontré
con la fe en mis armas… ya no volveré.


                                                                          Aníbal Acuaro 

lunes, 26 de marzo de 2012

Sueña




Ella sueña un sueño blanco
que la eleva.
Algo que nunca entenderá estando despierta.
Ella sueña que por fin
puede volar,
y que todo lo que cree es realidad.
Ella en sueños no precisa nada
y no tiene nada, nada para demostrar.
Ella ES.
Y cuando sueña ES cuando me gusta más.

domingo, 25 de marzo de 2012

Sonetos medicinales


...Hoy les traigo estos humildes sonetos que surgen de la diaria tarea de pelearse con la muerte, espero que los disfruten y ayuden a acercar estos dos supuestos polos paciente-médico.
Gracias.



Diagnóstico.

“- Mirá debés medir las realidades,
Pues ya llevás un mes de Residencia,
si no lo hacés,  creás "la dependencia"
y hay que decirles para bien, sus males.

La ciencia lo ha descripto y está impreso
que la verdad es una cosa digna,
que hay que enfrentar la muerte, y la consigna
es tomar la desgracia con más seso.-”

 y a paso lento se mete en la sala,
 aturdido y concentrado en colocar
lo bueno y lo demás en la balanza…

le dice a “Su Paciente” con voz clara:
... mientras finge que no está por lagrimear
-mire señor usted tiene..., Esperanza !


                                              Aníbal Acuaro.

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A propósito de un caso.

Le llegó con los números jugados…
Venía todo de la peor manera…
No había otro final que el anunciado.
Estaba claro como si lo viera.

La peleó como supo, resistiendo
con todas las opciones conocidas.
Puso pasión y arte, en el tremendo
desafío de defender la vida.

Y aunque se niege a dar por acabada 
esa tarea en la que no reposa,
culmina victoriosa al fin La Muerte.

Y al terminar la trágica jornada  
compartiendo la cena con su esposa,
susurra: “hoy se Me Murió Un Paciente”

    

                                         Aníbal Acuaro.

jueves, 8 de marzo de 2012

El trámite

Marzo.
   Contrariamente a la que, se supone, debería ser la alegre certeza que acompaña a la mayoría de las personas acerca de que Marzo es un mes donde simplemente hay que incorporarse a la rutina nuevamente, este mes trae un angustioso sentimiento para mí.
   Será por mi ansiedad tantas veces engañosamente superada que me impide durante los dos meses precedentes creer, como todos los mortales, que el verano está hecho para no pensar en nada.
  Desde chico siempre tuve la sensación de que enero y febrero estaban destinados para algo más grande que para programar días de pileta y reposera. En realidad nunca entendí, qué se programa en días de vacaciones, ni por qué se supone que haya que suspender la vida, o lo que sea que uno hace, si está conforme con ello.
  Más bien pienso que si uno no está conforme con lo que hace, mejor usar el verano (estos dos meses de  universalmente aceptado ocio) para revertir la situación de estar disconforme con su vida.
  Entonces, la llegada de marzo, no implica mucho beneficio para mí.
  Para trasmitirlo mejor; tengo la triste sensación de un tipo que ya supiera todo lo que va a pasar, pero  de nada sirve que lo anticipe.
Deberé dejar que cada persona, cada ser, incluido mi ámbito familiar, vaya aterrizando lentamente; desperezándose, durante todo este mes, con la consabida excusa de estar adaptándose, volviendo al trabajo, al “trajín” de la vida “cotidiana”. 
  Peor aún, todas las actividades que tranquilamente yo mismo podría haber realizado en esos días en que mi trabajo merma, deberé realizarlas en este mes caótico. 
  De esa forma me veo envuelto en algo que me perturba sobremanera. Hacer algo que ya planeé hace uno o dos meses, en el momento en que sé positivamente será más engorroso.
  Con todo esto en mente, me dispuse a hacer el trámite.
  El trámite podría llamarse un trámite estándar, un trámite sin pena ni gloria.
  La oficina, primer piso por escalera, a la que ya visité una semana antes, para no encontrarme con sorpresas, debería definirse como una triste oficina pública de ciudad pequeña. 
  Paredes descascaradas, papeles pegados con indicaciones vencidas en todos lados, un murmullo permanente con los altibajos de alguna protesta por las demoras.

  En realidad la primer sorpresa la tengo cuando, al retirar un número con el que yo suponía sería atendido al día siguiente, me entero que a diferencia de lo dicho por la empleada una semana antes, los números son para ser atendidos en el mismo día y que debo volver hoy mismo, a las doce treinta, siendo las ocho de la mañana. 
  Agreguemos a esto que, por faltarme un trámite intermedio,  después de una hora y media de fila en la puerta antes de que abran, estuve a punto de no recibir el mencionado numero, que a esas alturas se ansía como un perro que ve a su amo llevarse comida a la boca enfrente de él. 
  Dada la mala explicación recibida en mi infortunada visita previa tuve que exponer a la que entrega los números por qué no hice el trámite intermedio, imprescindible para el actual, pero que además si tarda tan poco, cómo no lo voy a alcanzar a hacer entre las ocho y media de la mañana y las doce y media del mediodía que es cuando arbitrariamente consideraron que debo volver.
  Pasada esta prueba, hecho ese famoso paso intermedio en tiempo razonable, vuelvo a la oficina al mediodía.
  Ya no era la misma de temprano.
  Por empezar el calor, que en Marzo es igual de molesto que en los meses anteriores, cosa que afirma aun más mi teoría de para qué tomárselos.
  En segundo lugar, la gente, al mediodía el humor en una oficinucha pública es deplorable.
  La misma empleada que inventó la falacia de que los trámites se hacen un día después de tener el número, es la primera del circuito.

  De más está decir que odio soberanamente los circuitos tramiteriles. Esto es, esos circuitos que se crean cada vez que uno debe hacer estos sacrificios humanos del trámite.
  En esas carreras de obstáculos, obviamente nos vamos encontrando en diferentes instancias con gente que estaba uno delante o dos atrás de la fila nuestra y que por educación uno saluda con un buen día a las seis y media de la mañana cuando todo arranca.
  Pero después, cuando ya estamos en el medio del trámite, esa gente se vuelve a aparecer, como un recuerdo borroso y fantasmagórico de lo que fue esta mañana cuando todo recién empezaba y hasta dos perros jugando en esa vereda apenas iluminada, parecían aportar un toque de serenidad y placidez.
  Ahora es otra cosa, ya no existe esa intimidad de la mañana temprano, y sin embargo, este vecino de fila insiste en saludarme cada vez que el azar nos vuelve a poner más o menos en la misma posición de fila que más temprano. Para colmo, lógicamente, esta situación se repite cuatro o cinco veces en diferentes filas, para diferentes obstáculos que tiene el trámite.
  Foto, fotocopia, pago, revisación, estampillado y lo que quieran ponerle.
  Por lo tanto en cada instancia encuentro  a este vecino de fila, que conmigo no muestra el malhumor que todos tienen con todos, por una estúpida relación de parentesco que se habrá generado, digo yo, a las siete de la mañana, y saluda cada vez que cruzamos la mirada, y  pregunta cómo va todo, o si acá es para hacer la fotocopia o para pagar, a lo que corresponde que contestemos con igual interés aunque nos preguntemos para adentro, cómo, si éste estaba dos atrás mío, cómo llegó a estar adelante.
 
  Vuelvo a la primera empleada del circuito, la petisa que desagradablemente limpia el borde del mostrador, alto para ella, con la parte de su blusa que queda inmediatamente por debajo de sus tetas. 

  Todo a lo largo del largo mostrador, la petisa viaja como esas escaleras de biblioteca, colgada de sus tetas, preguntando para qué vinimos. 
  Y creo que lo pregunta cómo diciendo justamente eso, para qué vinimos, por qué no nos quedamos en casa, y la dejamos hablar tranquila con sus compañeras, de si la yerba que está en este estuche es la que tiene feo gusto o está húmeda o cualquier otra cosa, menos de nosotros.
  La gente de la oficina, sin embargo, está de buen humor.

  Aquí debo señalar otra contradicción: Cuando la gente de una oficina así, está de buen humor yo considero que es más potencialmente nociva y peligrosa que cuando está del humor habitual. 

  Es decir, ese pequeño espacio de poder que le otorga a la gente el estar del otro lado y poder disponer de el tiempo de uno, hace que abusando del mismo, hagan bromas, que deberán ser festejadas por todos los aspirantes al Trámite, en la creencia de que ese humor o clima agradable los favorecerá mínimamente en la realización de sus objetivos.
  
  Una manipulación aberrante, peor que el maltrato, al que uno ya está acostumbrado.
  Igual hasta acá yo me mantengo impasible, sorprendentemente para mí, estoy se podría decir, resignado.
  Me traje un libro, después de la indicación: ahora hay que esperar, me siento y abro el libro.
  Acá me encuentro ante un dilema, abstraerme de mi alrededor o conectarme con el medio.
  Abstraerme es lo más saludable, creo, pero conectarme puede traer buenas experiencias, observar, aprender. El problema es el riesgo que conlleva relacionarse con el medio. 
  Cualquier mirada débil de mi parte, puede ser objeto de un diálogo de parte de algún compañero de trámite.
  La excusa puede ser cualquier cosa, desde la hora, hasta el calor, o lo que más temo, una crítica al sistema. 
 Yo ya no critico más al sistema, para qué si todos parecemos aceptarlo. 
 Peor aún, estamos esperando que actúe, que nos coma. 

  Me limito a observar. 

  Lo más grave que me puede pasar es caer en la trampa de una mirada y, por no ser descortés, terminar asintiendo, que esto no puede ser, que nosotros les pagamos el sueldo, que están siempre igual, que atrás deben estar tomando mate, que…
 Así que decido leer, no me concentro, pero leo igual. 
 Por ahí dudo si me nombraron o me llamaron.

 Vuelvo a la petisa. 
 No, qué me van  a nombrar si van por los de las diez, (yo soy de las doce y media). A los cinco minutos me llaman. 

 Retomo el circuito. 

  Saludo al vecino de fila que llegó de hacer otra cosa.
   Una fotocopia parece.

   Será antes o después de lo mío? Me habré salteado el paso y no me dijeron nada?
   Estará para otra cosa éste?
  Se repite el circuito, así, hasta las dos de la tarde.
  Salgo.
  Llamo a casa; terminé, no, no fue tan largo, hice rápido, viste?
  Si, menos mal que lo hice una semana antes que se venza porque sino…
  Si, voy para casa, una lata de jardinera con atún? ... Bueno... dale, algo fresco, sí, mejor no cocinar con este calor. Beso.



                                                                                             Aníbal Acuaro







jueves, 23 de febrero de 2012

Esa Luz


Sigo esa luz.
Porque me hace olvidar mi locura.
Sigo esa luz,
porque solo yo sé que me espera.
Amo esa luz que en mi tonta carrera
no puedo dejar de mirar.
Detrás del muro (que siempre me espera)
no pierdo la fe que estarás.

Puedo seguir.
Persiguiendo un instante de vida.
Quiero seguir,
encontrando un sonido distinto.
Sé que es quizás una forma de no decir nada
que pueda cambiar.
Detrás del muro (que siempre se escala)
no pierdo la fe que estarás.

                                                                              Aníbal Acuaro.

sábado, 18 de febrero de 2012

Hablame Mirame Tocame


Hablame,
pero hablame lo que quieras.
Lo que te venga en mente,
sólo hablame.
Decime,
conversame tus quimeras.
Hacé de mi un confesor
un fiel oyente.

Tu silencio es dolor,
quiero tu ruido.
Un ir, un devenir, un arrebato.
Un sonido, tu mágico latido.
Y así palpar la vida por un rato.

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Mirame,
 mirame de una sola y única vez.
Solo mirame.
Desnudame, desnudate en tu mirada.
Mostrame tu sensualidad allí atrapada.
Quiero que seas única, intocable.
Sos mía, fuiste mía en esos ojos.
En esos inalcanzables ojos.

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Tocame,
rozame con la punta de tus dedos.
Rozame con tu aliento.
Modifica mi entorno por un eterno fragmento de segundo.
Modificá mi pulso.
Pasá cerca.
Tan cerca que fuese lo mismo que tocarte.
Acercame, tactame, palpame.
Tu aliento, dame esa brisa.
No me hace falta más.
No quiero más.
Sería un abuso, una vergüenza.
Sería….
demasiado.

                                                                                 Aníbal Acuaro.

domingo, 12 de febrero de 2012

Payaso


Y entonces, el payaso…
entre flores que mojan,
y zapatos enormes.
Ve desfilar ante sus ojos pegoteados de pintura.
Aquel primer juguete, y el soldado,
y el trabuco a cebita…
Un olor a su casa y a "la vieja",
cuando el mundo era mundo…

y entre risa forzada
y panza hinchada,
de un sánguche apurado
y sin la siesta…
Elige entre putear y una sonrisa
y dice por lo bajo;
estoy tan cansado y sin embargo!!!


                                                                       Aníbal Acuaro